Nada más encontrarme con mi mentora, Cristina Pineda García ( enfermera de consultas externas), comenzó a enseñarme donde íbamos a pasar la jornada y me guió por lo que sería mi “lugar de prácticas” por unas horas. Tras una pequeña charla y guardar mis pertenencias, además de prestarme una bata, me llevó hasta la consulta de pediatría en donde conocí al doctor Hilario Sosa Santana, el cual me cayó bien de inmediato.
Pasé con él y con mi mentora unas cuantas horas en donde aprendí las preguntas básicas que hacen las enfermeras a los pacientes, entre las que se encuentran preguntar los diferentes síntomas que tengan y además medir el peso y la temperatura. Y después estos niños pasan al pediatra, el cual les hace una consulta más profunda. Sin embargo, esta acción es diferente en las primeras consultas de los recién nacidos, pude observar como realizaban una serie de “pruebas” como medida de peso, altura y perímetro cefálico a un bebé de tan solo una semana de nacimiento. Además, en esa misma consulta resolví algunas dudas con el pediatra, como cuáles son los diferentes partos y qué es un parto por ventosa.
Unas horas más tarde pasé a estar presente en algunas consultas del ginecólogo Carlos Blanco-Soler, el cual me explicaba cada cosa paso por paso e incluso pude observar como realizaban una ecografía a una embarazada de tan solo 12 semanas, lo que me impresionó puesto que el bebé estaba más formado de lo que pensaba, incluso pude escuchar sus latidos del corazón. Estuve en presencia de algunas otras ecografías y algunos chequeos rutinarios. Por desgracia, también estuve en presencia de algunos acontecimientos algo duros que me hicieron dar cuenta de la realidad y de lo difícil que es comunicar ciertas noticias.
Esta experiencia me ha otorgado nuevos conocimientos como la visualización de cómo se lleva una verdadera consulta, las diferentes pruebas realizadas en el área de ginecología , entre otras. Además, me di cuenta del gran valor del trato hacia la gente: Cristina Pineda hizo que me diera cuenta como se ve alguien que de verdad disfruta de su trabajo; Hilario Sosa me enseñó cómo trata un pediatra que ama su trabajo a los diferentes niños y a los bebés, a los que con solo acunarlos en sus brazos estos se calmaban; y Carlos Blanco me dio otra visualización de la ginecología, y que esta no es tan mala y traumática como lo suelen ver los adolescentes.
Finalmente, esta experiencia me ha encantado y me ha hecho replantearme qué es lo que verdaderamente quiero estudiar. Después de este día tal vez termine recibiéndome en medicina y especializándome en ginecología, una rama de la salud a la cual casi no le daba importancia y con la que hoy me quedé fascinada.
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