Desde que era pequeña siempre me ha apasionado el mundo de la medicina y he tenido claro que quería ser médico. Cuando se fue acercando el momento de elegir carrera en segundo de bachillerato me entraron todas las dudas ¿Será esto para mí? ¿Es la profesión como me la imagino?. No tenía ninguna experiencia directa con un médico que me contara sobre la profesión y a pesar de que era lo que siempre había querido no sabía si iba a ser como esperaba. En ese momento del curso, en mi colegio se organizó una presentación de “Canarias Masterclass”, y pensé, esta es mi oportunidad de descubrir si esto es lo que realmente quiero.

Al presentarme nunca imaginé que estaría entre los cincuenta ganadores, pero tras ir pasando por las diferentes fases del concurso, finalmente, ahí estaba yo a un día de la presentación de canarias masterclass, donde conocería a mi mentor. Hecha un ovillo de nervios entre en la presentación y conocí a mi mentor, el doctor Tomás González, con el que pude hablar sobre cómo sería mi experiencia y que me contó sobre su trayectoria profesional, tranquilizándome y aclarando todas mis dudas, además me pregunto sobre que rama de la medicina me interesaba para adaptar las sesiones de mentoring a mis aspiraciones. Medicina es una carrera dura y difícil pero no imposible. Cuadramos la fecha de la experiencia y escuchamos las charlas organizadas por Canarias Masterclass sobre el mercado laboral y el futuro profesional de Canarias, además de interesantes experiencias sobre los ganadores de otros años.

Pasaron las semanas y tras haber acabado la ebau llegó el día. Fui por la mañana al hospital de Hospiten Bellevue y me recibió el doctor Tomás González. Tras una visita por todo el centro donde me explicó lo que hacían en cada zona del hospital y al terminar bajamos a la planta de abajo, donde estaba el quirófano. Yo le había mencionado a mi
mentor que me interesaba la parte de cirugía, ya que, es lo que nunca se muestra de la medicina pero no me imaginaba que fuese a asistir a una de verdad. En el quirófano, el doctor Tomás me presentó a los cirujanos que iban a operar ese día. Pensé que como mucho me iba a quedar en la puerta mirando pero me dejaron entrar a la sala de
operaciones y el doctor me explicó paso por paso lo que iba haciendo. Asistí a cuatro operaciones de traumatología en total con dos cirujanos diferentes, a una cirugía de prótesis de cadera, a una de prótesis de rodilla, una artroscopia y una operación de extracción de una placa insertada en una operación previa.

En un principio cuando me dijeron que iba a entrar a las cirugías sentí miedo, de desmayarme en medio del quirófano y no servir para la profesión o de marearme al ver tanta sangre y más en una operación tan dura como la prótesis de rodilla, pero no fue miedo lo que sentí. Al verme en quirófano vi que los médicos son capaces de hacer que una persona camine de nuevo. Vi con mis propios ojos que como dicen es una profesión muy sacrificada pero gratificante a la misma vez y que ayuda a las personas enormemente. Con esta experiencia he descubierto mi verdadera pasión y voy a empezar la carrera segura sabiendo que esto es a lo que realmente me quiero dedicar.