Miércoles 23 de junio, 5 am, me suena el despertador. Probablemente el día en el que con más ganas me he levantado desde hace bastante tiempo. Cogí un avión con destino a Tenerife porque allí, en el Hospital Universitario de Canarias, me esperaba mi mentor: el Doctor Liberto Brage.

Sin duda alguna ha sido una de las mejores experiencias de mi vida ya que, gracias al magnífico equipo de profesionales que me acogieron en el hospital con tanta alegría, he aprendido un montón de cosas. Cuando llegué al hospital, Liberto me dio un pijama para que pudiera cambiarme y me enseñó la zona del hospital por la que íbamos a estar ese día, los quirófanos, y me explicó los casos que veríamos.También me presentó a un montón de gente muy amable y, mientras esperábamos a que prepararan al primer paciente, me llevó a desayunar. Mientras llenábamos nuestros estómagos y nos cargábamos de energía, llegó el Doctor Luis. Liberto me lo presentó diciéndome que era un gran amigo suyo, que de hecho es como su hermano mayor.

Una vez que tuvimos las pilas cargadas fuimos al quirófano once. El paciente tenía hernias entre la C5 y C6, y entre la C6 y la C7. El procedimiento consistió en, una vez hecha una pequeña incisión en el cuello del paciente, buscar un “camino” entre la carótida, la yugular y el esófago para poder acceder a la zona dañada y sustituir los discos intervertebrales gastados por unas pequeñas piezas de metal. Era una operación con algo de riesgo, no sólo por la complicación de acceder a la zona, sino porque la médula podía resultar dañada. Yo tenía que tener muchísimo cuidado para no romper el campo estéril, que es imprescindible en cualquier operación.

Antes de comenzar, tuvimos que ponernos unas protecciones de plomo, ya que en algunos momentos de la cirugía fueron necesarios los rayos X. Yo sólo lo llevé durante unas horas y, honestamente, no sé cómo pueden aguantar operaciones mucho más largas con esos chalecos tan pesados.

Durante la operación el ambiente que había en quirófano era maravilloso: las enfermeras, los cirujanos, el anestesista, el neurofisiólogo… Estaban todos muy concentrados en lo que estaban haciendo, pero sin dejar de lado las risas y las bromas que se hacían entre ellos. Me pareció muy digno de admirar el hecho de saber separar el estar concentrado de estar serio, ya que muchas personas no son capaces de estar concentradas sin estar también muy serias. Pero ellos no, supieron disfrutar de cada segundo de la operación y también me explicaban y enseñaban todo lo que iban haciendo. Cuando finalizó la operación, y era el momento de cerrar al paciente, me enseñaron a lavarme para estar estéril y no sólo eso, sino que también me dejaron ayudar con los puntos, cortando el hilo cada vez que fuera necesario. ¡Fue increíble!

La otra operación que ví de principio a fin fue un reemplazo de válvula. El paciente sufría de hipertensión intracraneal por lo que los cirujanos decidieron ponerle una válvula para poder drenar el líquido sobrante. Pero la persona había vuelto con dolores de cabeza y algunos síntomas sensoriales, causados por una posible obstrucción de la válvula. Mientras lo anestesiaban una enfermera muy simpática me ayudó a lavarme y, como ya estaba estéril, me pudo enseñar todos los instrumentos que iban a utilizar y sus nombres. Pude cogerlos y ver cómo funcionaban. Fue súper interesante.

En cuanto a la operación, era más sencilla que la anterior. Hicieron un pequeño corte en el costado derecho del paciente y cambiaron la válvula por otra nueva. Todo fue perfectamente. Al finalizar, ayudé a limpiar la herida y a cubrirla.

Para terminar, me gustaría dar las gracias a todo el equipo médico al que tuve el placer de acompañar ese día por enseñarme tantísimas cosas, por vuestra amabilidad y simpatía, y por hacerme sentir como una más del equipo. Pero sobre todo a Liberto que no sólo me acogió ese día, sino que me ha invitado a ir de nuevo para ver otras operaciones también muy interesantes, esta vez en la zona del cerebro.

Estoy muy contenta de decir que, gracias a Canarias Masterclass, he podido cumplir uno de mis sueños y que ahora tengo muchas más ganas de comenzar esta profesión tan bonita.