Cuando descubrí Canarias MasterClass me di cuenta de que no solo podía ser un ‘plus’ para mi futuro laboral, sino también una experiencia única e inolvidable en la que a parte de aprender, reafirmaría o cambiaría mi opinión sobre mi futura profesión, en este caso piloto comercial. Es por ello que con toda la ilusión del mundo decidí participar.

El día 25 de junio embarqué en el ATR 72-600 de Binter que me llevaría hacia Gran Canaria, donde me reuniría con Hugo, mi mentor, y mis dos compañeros, María y Mauro.

Hugo nos estaba esperando para dirigirnos a las oficinas de Binter Canarias. Durante el trayecto, nos contó su experiencia e historia en el mundo de la aviación, dándonos algunos consejos sobre sus vivencias en este sector. Al llegar, hicimos un ‘tour’ por todos los departamentos de Binter.

Esta visita me hizo ver la aviación desde otra perspectiva, y darme cuenta de que es uno de los oficios en los que más se trabaja en equipo. Dicho de otra manera, es como una máquina con infinidad de engranajes que dependen el uno del otro, haciendo a todos y cada uno de los departamentos imprescindibles para el funcionamiento de la compañía.

Posteriormente fuimos al aeropuerto, donde visitamos Binter Technics: el equipo de mantenimiento de Binter, conocido mundialmente por su profesionalidad con los ATR. Donde nuevamente me quedé asombrado con la enorme cantidad de gente y departamentos que había en un “pequeño” hangar. Pues no solo se trataba del mantenimiento, sino que también había que planificar, tener los papeles al día, hacer pasar a las piezas y los aviones por distintas fases…

En este lugar vimos desde motores desmontados hasta el avión más moderno de la flota de Binter, el Embraer 195-E2, del que tuvimos el placer de visitar la considerada por muchos como la cabina más moderna hoy en día.

Tras esto nos dirigimos a la terminal del aeropuerto, donde cada uno haría un ‘salto’ como observador. En mi caso fue LPA-ACE-LPA (Gran Canaria – Lanzarote – Gran Canaria). Tras haber esperado durante aproximadamente 1 hora había llegado el momento, iba a realizar mi primer vuelo en el ‘jumpseat’ (un asiento situado dentro de la cabina). Como estaba previsto, a las 13:15 despegamos rumbo a Lanzarote. Tras el rodaje, el despegue y el ascenso, el comandante y el primer oficial me explicaron distintas cosas sobre el avión. Tras esto comenzamos el descenso y la aproximación hacia el aeropuerto de Lanzarote. Una vez establecidos en el localizador nos autorizaron para aterrizar. En Lanzarote teníamos el viento totalmente cruzado, sin embargo me llamó la atención la agilidad y la profesionalidad con la que los pilotos aterrizaron. Finalmente el vuelo finalizó a las 13:45, 15 minutos antes de lo previsto, gracias a un directo (una especie de acortamiento en la ruta) que nos dieron los controladores, así como a la baja afluencia de tráfico en ese momento.

Una vez situados en el stand, tocaba preparar el siguiente vuelo; la vuelta. En estos escasos 30 minutos de espera y preparación me di cuenta del ‘buen rollo’ que había entre los pilotos y los operarios del aeropuerto, pero en especial entre la tripulación de Binter, creando un ambiente agradable y ameno para trabajar.

Después de que todo el pasaje embarcara, y tras los distintos briefing y planificaciones, rodamos hacia la pista 03 para despegar de vuelta a Gran Canaria. Durante este segundo vuelo nuevamente, en el crucero, los pilotos continuaron contándome tanto curiosidades del avión como experiencias y consejos en este sector. También me explicaron su manera de trabajar donde por ejemplo, si tienen 4 vuelos cada uno es ‘pilot flying’ en 2 y ‘pilot monitoring’ en los otros dos, esto quiere decir que uno vuela el avión en 2 de los cuatro vuelos y el otro en los restantes.

Tras aproximadamente 30 minutos de vuelo, algún vector dado por el controlador para separación de tráfico y un directo, comenzamos la aproximación hacia el aeropuerto de Gran Canaria. Aquí, con el campo (aeropuerto) a la vista iniciamos una aproximación visual. En esta aproximación nos ajustamos detrás de uno de los ya mencionados Embraer 195-E2 de Binter. Una vez éste libró la pista, la torre nos autorizó para aterrizar. Tras ello finalmente rodamos hacia el stand, donde después de algunas fotos en cabina, volví a la terminal.

Por último, cogí el vuelo de vuelta hacia Tenerife Norte, con el que pondría fin a este fantástico día.

Gracias a esta Masterclass he conocido a personas increíbles, tanto en lo personal como en lo laboral. Así como a futuros compañeros de profesión. Conocí también el funcionamiento de una de las compañías más emblemáticas de las Islas Canarias.

Esta experiencia me ha ayudado a reafirmarme sobre mi futuro, lo que quiero estudiar y la profesión que quiero ejercer. Como bien mencioné antes me ayudó a ser consciente de la cantidad de gente involucrada para que cada uno de los vuelos operados puedan llevarse a cabo, desde los empleados de ‘safety’ (uno de los departamentos de las oficinas) hasta los encargados del mantenimiento de las palas de las hélices. Además, por un día me pude poner en la piel de un piloto, viendo todos y cada uno de los procesos realizados en cabina, así como las comunicaciones con los controladores aéreos, el reparto de trabajo en cabina y algunas de las situaciones a las que un piloto se enfrenta en una jornada laboral.

Definitivamente ser piloto es un trabajo totalmente vocacional, y yo tengo esa vocación. Como no podía ser de otra forma, me gustaría acabar agradeciendo a Hugo, mi mentor, quien a parte de aconsejarnos nos explicó distintas cosas del mundo de la aviación, tanto con sus vivencias personales como en las visitas a los distintos departamentos. Así mismo me gustaría agradecer a Álvaro y José Manuel, el comandante y el primer oficial de mi vuelo como observador, quienes resolvieron todas y cada una de mis dudas, así como me aconsejaron y me contaron su historia en el mundo de la aviación. Por último a Rogelio, por la increíble visita brindada en Binter Technics y a todas aquellas personas, tanto de Binter como de Canarias Masterclass que hicieron esta visita posible.