¿Cómo voy a saber qué es lo que me gusta si nunca lo he probado? 

Durante los últimos años, familiares, profesores y amigos no han parado de perseguirme intrigados por saber a qué consagraré mis próximos años. En un intento de evadir la pregunta, mi respuesta siempre era la misma: “No lo tengo claro, pero aún tengo tiempo para pensarlo”. Cual fue mi sorpresa al darme cuenta de que el momento de decidir había llegado. 

Buscando opciones en internet, o hablando con otras personas, siempre me aconsejaban estudiar aquello que me gustase y me hiciera feliz. A mi parecer, unas palabras vacías que no consiguen que encuentre la profesión de mis sueños. 

Al final, mi interés artístico e innovador me llevó hasta la arquitectura. Sin saber nada del tema, decidí darle una oportunidad. La idea me inquietaba un poco porque sentía que había sido una decisión impulsiva para poder aferrarme a algo y no sentir que estaba en el limbo. 

Gracias a Canarias Masterclass pude comprobar que había hecho lo correcto. El día 17 de junio conocí a Iñaki, arquitecto compañero de mi mentor y jefe de obra de un proyecto de acondicionamiento de unas oficinas. Con el viví de primera mano como es el proceso de ejecución de un proyecto arquitectónico y me aconsejó sobre la carrera.

Me acompañó al estudio donde trabajaba mi mentor, José Antonio Sosa, donde pude conocerle. Fue un verdadero honor poder escucharle hablar de sus proyectos y anécdotas.

Juntos hojeamos libros y analizamos fotos y maquetas, inspeccionando sus detalles mientras él me explicaba cada uno de ellos. La pasión y el entusiasmo con el que lo hacía me ayudaron a convencerme. Ya sabía qué quería ser de mayor. Además, tuvo el detalle de regalarme una copia de su libro “Contextualismo y Abstracción”, sobre las interrelaciones entre paisaje y arquitectura.

Más tarde, a través del dibujo, me fue explicando cómo la arquitectura ha ido evolucionando en función de los materiales disponibles para las distintas civilizaciones. Con sus trazos narró el proceso por el cual la vivienda se ha adaptado a los recursos, integrando elementos constructivos de culturas anteriores. 

Después, tuve la suerte de ir con mi mentor y con Evelyn Alonso (socia de Jose Antonio), a Arguineguín, para ver un proyecto de viviendas vacacionales que ya estaba casi terminado. Me fascinó la magnitud del mismo y entender cómo los arquitectos consiguen que, casi sin darnos cuenta, el resto de personas disfrutemos de experiencias únicas. Desde oficinas hasta apartamentos, los espacios que nos rodean están pensados al milímetro. Ideados tras un proceso de culturización y planificación que consiguen que nuestra vida sea mejor. 

Tras toda una mañana con él, había desaparecido cualquier tipo de tensión o nerviosismo. Pudimos debatir y hablar sobre los actuales planes de estudio. Ahí fue cuando me di cuenta de la gran suerte que había tenido. La mayoría de los estudiantes se ven obligados a saltar al vacío con los ojos vendados, sin comprobar primero que destinarán sus siguientes años de vida a algo que les entusiasma. 

Compartir una jornada de mentoría con José Antonio Sosa ha sido una experiencia clave para reafirmar mis deseos de iniciar mis estudios superiores en el mundo de la arquitectura. Por fin la más inevitable de las preguntas, “¿Qué quieres ser de mayor?”, tiene respuesta. Gracias Canarias Masterclass por ayudarme a encontrarla.