De manera permanente se estudian los factores de éxito en personas y empresas. “Propósito” (purpose) en la faceta profesional, y “determinación” (grit) en la faceta personal, son los factores que según los estudios más recientes se vinculan con el éxito. Curiosamente hay factores que hoy están, pasan, y tiempo después, vuelven a estar de moda. No es resultado de una conspiración mundial de consultoras usureras ni de becarios motivados para que sus trabajos de investigación refuten los anteriores y así justificar su presencia y permanencia. No, como verán depende de los ciclos y más aún de las generaciones (baby-boomers, X, Y o Z).

Factor de éxito personal: grit

Antes de nada vamos a despejar ciertas diferencias interpretativas. Grit en español se traduce de forma literal como “coraje” y “determinación a pesar de las dificultades”. Según la RAE, determinación es osadía, valor. Según  Oxford, determination es la capacidad que te permite continuar intentándolo aún cuando sea difícil. Es importante la diferencia en el enfoque en español tipo Cid Campeador versus un enfoque anglo tipo “si te caes te levantas y adelante”. Para entendernos en este artículo nos quedaremos con las acepciones de Oxford.

Como decíamos, continuamente se realizan estudios sobre distintos colectivos a la búsqueda de factores que pronostiquen un mayor éxito. En concreto recomendamos una ilustrativa  TedTalk de Angela Lee Duckworth sobre ello. Tras años de investigación, concluye que el factor común entre los estudiantes con mejor desempeño, no es el coeficiente de inteligencia, el talento, el nivel social… es su determinación. Y esto se repite en institutos, escuelas de barrios marginados, la academia de cadetes americanos de West Point, etc. Pero atención, idénticos resultados se producen al estudiar el desempeño de sus profesores. Mayor grit, mejor desempeño, lo que equivale a mejores resultados de los alumnos de sus clases. Y no en el ámbito formativo, el mismo resultado se reproduce en todos los ámbitos. Estudios predictivos sobre colectivos de vendedores y sus retribuciones futuras han demostrado que el factor “determinación” se correlaciona también de forma directa. Una vez se ha reunido suficiente evidencia científica, se centran en tratar de encontrar de qué manera puede incrementarse el nivel de determinación en las personas, más aún en los niños y jóvenes. Por ahora no lo saben. Nosotros hemos estado investigando y no hemos encontrado nada aparentemente solvente hasta ahora, si lo hacemos se lo contaremos.

Pero lo que sí que se puede es tener una medición aproximada. Puedes conocer cuál es tu nivel de determinación mediante tests de personalidad cómo los que utilizamos en Canarias Masterclass, cedidos por la consultora Dream Team, para la selección de nuestros ganadores.

En resumen, las personas determinadas tienen una gran ventaja en su formación y en su profesión sobre los que no los son. En realidad, nada nuevo bajo el sol. De siempre hemos visto a estudiantes medios que alcanzan muy buenas notas y a mucho iluminado que suspende. Y en el trabajo ocurre exactamente igual.

Veamos ahora como está relacionada la determinación (término Oxford, no lo olvide) con las distintas generaciones. Que no se enfade nadie, que una cosa es la generación en general y otra distinta cada individuo, que cada uno es de su padre y de su madre. Baby boomers, X, Y (Millenials) y Z: su nivel de determinación  va decreciendo de forma importante en sentido BB a Y, volviendo a subir con fuerza en los Z, con un matiz propio: toda la determinación del mundo siempre que se les compense por ello. Si la determinación sigue de moda, y va a seguir, los Y lo van a tener muy complicado con sus hermanos pequeños. Vamos, que les van a levantar la silla en un pispás. Y cuidado, porque empresas y universidades se están dando cuenta del tema. Un ejemplo. Minerva es una nueva universidad conocida como la Ivy League 2.0, cuyo objetivo es desbancar a Harvard de la cima del top mundial. Minerva sólo admite al 1,2% de sus aspirantes frente al 4,5% de Harvard. Minerva tiene sus propios criterios de selección, siendo el objetivo que se incorporen aquellos estudiantes con un gran potencial de futuro. Entre sus factores de éxito tratan de medir el empuje y la perseverancia. Es decir, foco en la determinación.

Pasemos ahora al factor empresarial que vuelve a estar de moda: purpose

De nuevo nos encontramos con diferencias idiomáticas. En inglés purpose es “la razón por la que haces algo” o “la razón de la existencia de algo”, en español propósito según la RAE  es “un objetivo que se pretende conseguir”. Vamos, que para los anglo como que es más importante la razón de ser frente al objetivo. Para entendernos seguimos con acepción british.

Es muy sorprendente que de acuerdo a un estudio de BCG (Boston Consulting Group), las empresas con alto sentido del propósito, tienen el doble de probabilidad de generar beneficios superiores a la media de su sector. Siendo así, no sorprende que se esté prestando atención de nuevo atención al purpose empresarial. Su efecto se debe principalmente a la generación de varias virtudes: un mejor desempeño de sus empleados por un sentimiento de pertenencia, permitir un mayor enfoco estratégico y una salvaguarda en la toma de decisiones.

Pero no es fácil tener un propósito que funcione. No es sencillo de establecer ya que su creación genera una tensión entre el idealismo y el realismo. Por un lado, se quiere establecer un ideal que empuje a la empresa a convertirse en algo más grande de lo que es, pero por otro lado, no se quieren vídeos y Power Point que muestren aspiraciones tan elevadas que no concuerden con su capacidad de acción y evolución. Una realidad sin ideales no te lleva a ninguna parte, y unos ideales sin realidad tampoco, más bien te lleva a la quiebra. Si es difícil definirlo, implementarlo lo es más aún. Lo grande es lo que son capaces de hacer los grandes, ellos pueden poner propósitos enormes, disparatados y aún así ser realistas, motivando de forma infinita a sus gentes, alcanzando así un círculo virtuoso. Por ejemplo, este es el propósito de Google: “Organizar la información del mundo y hacerla accesible de forma universal”.

Veamos la correlación entre la motivación que genera el propósito y las distintas generaciones. Curiosamente, el comportamiento es justo inverso al caso de la determinación. Ahora los más enchufados son los de la generación Y. Lo que motivará a la generación Z está todavía por descubrir.

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