Dicen que hay oportunidades que solo pasan una vez en la vida, y creo que esta ha sido una de ellas. Poder conocer de la mano de un profesional el trabajo al que te gustaría aspirar, además de contar con su ayuda a lo largo del futuro aprendizaje, es un lujo. En mi caso pude disfrutar de una jornada laboral acompañado del neurocirujano y mentor Liberto Brage, junto con sus compañeros y equipo de neurocirugía en el Hospital Universitario de Canarias.

El día comenzó con una sesión clínica entre el personal en la que se hablaba de distintos pacientes y su abordaje, para pasar seguidamente a la parte más interesante, el quirófano.

La intervención en cuestión fue una aneurisma cerebral. Desde el comienzo de la operación hasta el final pude prestar atención de cerca y escuchar las explicaciones de mi mentor sobre lo que estaba ocurriendo en todo momento. Incluso pude llevarme a casa algunas imágenes realizadas con el microscopio del que se ayudaron los cirujanos para tratar la aneurisma.

Afortunadamente todo salió bien y así se cerraba un día estupendo e intenso al lado de grandes profesionales que espero que en un futuro puedan ser compañeros.

Esta experiencia me ha mostrado la realidad de un sector de la medicina. De esta jornada no solo me llevo la suerte de haber presenciado una operación tan interesante, sino la parte más humana de esta preciosa profesión.

El ambiente que se respiraba tanto en el equipo de neurocirugía como en el quirófano y en el propio hospital, era increíblemente bueno. El compañerismo y la colaboración mayúscula entre tantas personas con un gran conocimiento para ponerse al servicios de otras, es algo que me ha sorprendido y que no olvidaré.

En solo unas horas he reforzado mi convicción de que la medicina no es solo la profesión que anhelo, sino mi vocación.

Por ello, y por la oportunidad que se me ha brindado quiero dar las gracias a Liberto, por haberme atendido de una manera excepcional y mostrarme esa cara de la medicina, y a Canarias Masterclass por haberlo hecho posible.