“De mayor quiero ser doctora”
Desde que era pequeña, siempre fui una niña con grandes sueños e ilusiones. Quería hacer muchas cosas cuando fuera mayor, pero lo que con más ansia deseaba era estudiar Medicina para convertirme en doctora. Una noche me fui a la cama y soñé que lo lograba y que ayudaba a muchas personas a mejorar sus vidas y a ser felices. Imaginé que me rodeaba de un increíble equipo de sanitarios y entre todos realizábamos operaciones exitosas. Otro día soñé que junto a otros profesionales de la rama de salud recetaba tratamientos curativos que hacían que pacientes graves en estado crítico recuperaran la vida plena y sana que les pertenecía. Y así una noche tras otra. La lástima
era que siempre me despertaba y yo no quería que esos sueños acabaran nunca.

A lo largo de los años seguí fantaseando con lo mismo, hasta que un día con diecisiete años soñé que pasaba un día con una pediatra, concretamente con la Dra. Serrano. Esta vez lo que pasaba en el sueño se sentía más real que nunca. Fue un día entero, de ocho de la mañana a nueve de la noche en Hospiten Roca, ubicado en San Agustín. Por la mañana, una mujer llamada Raquel Acosta me enseñó las instalaciones y me prestó una bata tan acorde a mi talla que parecía haber sido hecha a medida para mí. Con la doctora pasé toda la mañana en urgencias pediátricas recibiendo a muchos niños con sus familiares. Algunos eran canarios y otros estaban allí de vacaciones sin saber español, por lo que tuvimos que llamar a traductores. Pudimos curarlos a todos y despreocupar a sus familias al quitarles a sus niños los males que padecían. Por la tarde pasamos consulta, detectamos enfermedades y recetamos medicamentos para combatirlas. Nos reímos mucho con los pacientes más pequeños y les imprimimos dibujos para que vieran que acudir al médico era normal y no tenía que asustar. A muchos otros les regalamos pegatinas.

Salí de la consulta con la mente repleta de nuevos conocimientos y técnicas para tratar con niños, pero sobre todo con el corazón lleno. A diferencia de los demás sueños, de este no me desperté. ¡Había sido real! ¡Lo había vivido!