Llegó el ansiado 14 de junio, fui a Hospiten Roca en San Agustín, en el Sur de Gran Canaria, donde me recibió mi mentor José Bordón, enfermero y supervisor de quirófano. Fuimos al vestuario y José me dio la ropa para cambiarme y así acceder a la zona de quirófanos, donde se fraguaban varias intervenciones de las que yo iba a ser testigo y copartícipe. Llevaba mucho tiempo deseando que llegara este día, en el que podría determinar si verdaderamente me gustaría estudiar enfermería, y especializarme en enfermería quirúrgica.

Para comenzar José me enseñó el área donde se esteriliza el material médico, la zona sucia y la zona limpia. Las personas encargadas de la limpieza del material quirúrgico me explicaron todo el proceso. Posteriormente,  José me llevó a la primera cirugía del día, donde sus compañeros/as y él me explicaron todas las labores del profesional de la enfermería en un quirófano, que van desde preparar el material, dárselo al doctor/a y al final desinfectar, limpiar y vendar entre otras múltiples tareas. En esta cirugía mi mentor también me explicó que tenía que tener especial cuidado cuando los/as doctores/as y el/la enfermero/a están vestidos de azul con la bata quirúrgica, al igual que la mesa de material, ya que todo está estéril y si lo tocamos pasa a estar contaminado. Esto al principio me dio un poco de respeto por temor a rozar algo que no debía, pero a lo largo del día se me fue pasando gracias a que me fueron explicando en cada quirófano lo que podía o no podía hacer.

La siguiente cirugía fue digestiva y vi el final mientras los doctores suturaban por dentro y ponían por fuera las grapas. Seguidamente la enfermera limpió la zona. En este momento me pidió que le diera el suero y unas pegatinas para ponerlas sobre las gasas y tapar la herida del paciente. Al principio me puse nervioso por no saber lo que tocar, pero ella me explicó que una vez cerrada la incisión, ya se lo podía pasar.

A continuación, en el quirófano dos pude ver una artroscopia de rodilla donde me mostraron como se pone la epidural. La enfermera además me explicó todo el instrumental que iban a usar y como se llama cada uno. Cuando llegó el médico vi como introdujo el aparato en la rodilla y se empezaron a ver las imágenes en la pantalla, ¡Me pareció increíble! Durante el procedimiento la enfermera me explicó cómo funciona cada aparato que se usa. Una vez terminada la intervención, cuando lo llevaron a la zona de reanimación, me dieron el honor de ponerle el tensiómetro para controlar que todo estaba bien.

Una vez terminada la artroscopia en ese mismo quirófano se iba a realizar una cirugía traumatológica. En esta me dieron la oportunidad de esterilizarme. Me enseñaron el lavado de manos y como tenía que manipular la bata y los guantes a la hora de ponérmelos, un procedimiento que parece fácil, pero que a la hora de la verdad fue bastante difícil. Mientras esperábamos a que llegara el cirujano y la cirujana, la enfermera me enseñó las herramientas que se iban a usar, entre ellas el “taladro” y la “sierra”. Me mostró como se montan y como se usan, ¡me encantó! En esta cirugía tuve que ponerme además el chaleco plomado, porque sacaban radiografías en directo para saber si estaban introduciendo bien los clavos en la clavícula. Cuando terminaron ayudé a la enfermera a sujetar a la paciente y a ponerle la venda.

Una vez acabada la cirugía anterior tuvimos un rato de descanso, en el que acompañé a otras enfermeras a ver como preparaban la medicación, y el material para la cirugía oftalmológica que iba a hacerse a continuación en el quirófano tres. Me explicaron las lentes que usaban y cuales ponían dependiendo de las características de la cirugía. También me explicaron el proceso que llevaba a cabo el médico para insertar la lente.

Por último, asistí a una neurocirugía lumbar que me pareció muy interesante. Durante la cirugía vino a buscarme José para que fuera a ver un poquito de la oftalmológica ya que, aunque se usaban microscopios había una pantalla donde se veía todo. La verdad que ver el ojo desde esa perspectiva me asombró.

 

Con esta intervención se acabó mi día de mentorización y comenzó la búsqueda de mis sueños. La experiencia me ha confirmado que me gustaría dedicarme a la enfermería quirúrgica, porque lo que viví ese día fue impresionante. Me quedo con todo lo aprendido y la gran experiencia que ha sido para mí poder compartir este día con José y el enorme equipo profesional de Hospiten Roca. Especialmente guardo en mi retina la admirable labor que desarrollan en equipo para garantizar una atención segura y de calidad al paciente. Disfruté mucho de todo lo vivido, las horas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Salí tan contento que no paré de hablar de la experiencia en el trayecto de vuelta a casa.

Quiero agradecer a Canarias Masterclass la oportunidad que me han dado de poder participar en este proyecto, ha sido una experiencia maravillosa. También quiero dar las gracias por la humildad, la empatía y entrega de mi mentor José Bordón, ¡gracias José!, a ti a y tus compañeros y compañeras de Hospiten Roca, por la acogida, por el respeto, por ser fuente de inspiración, por entusiasmarme con la enfermería, por permitirme formar parte del equipo por unas horas, ¡gracias a todos/as! Y por último quiero agradecer al IES Doramas por presentarnos este proyecto, especialmente a su Vicedirectora Sonia Santana, que tanto me insistió y animó para me presentara. ¡Gracias Sonia! Me siento muy afortunado.

Aconsejo a todos los jóvenes que se presenten, que siempre existe la posibilidad de que te seleccionen aunque ni tú mismo/a te lo creas, como me pasó a mí. Lo recomiendo 100% porque es una experiencia inolvidable. Volvería a repetirla, sin dudar un segundo. Las oportunidades hay que perseguirlas en la vida, si dejamos que se escapen, tal vez nunca más se presenten frente a nuestros ojos.