Carl Sagan no se equivocó al decir “somewhere, something incredible is waiting to be known”. Al comenzar esta aventura, no esperaba quedar entre los 50 mejores estudiantes de Canarias. Una aventura que no captó mi atención inicialmente, sin embargo, por cada fase que iba pasando, la ilusión iba aumentando. Tener la oportunidad de tener una verdadera toma de contacto con la astrofísica se había convertido en mi mayor deseo, me armé de valentía y comencé a hacer las pruebas y el vídeo que me ayudaron a estar entre los 50 elegidos para tener esa oportunidad de conocer el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), y pasar una jornada con mi mentor, el astrofísico Jorge García Rojas.
Jorge me hizo la mejor visita por el IAC y me ayudó a entender mejor el mundo de la astrofísica, no solo por la parte científica, sino el día a día que viven los científicos. Desde los problemas que pueden ocurrir, hasta los grandes descubrimientos que se pueden conseguir. Como ciertas anomalías, que teóricamente no deberían existir, pero que por algún motivo están. También tuve la oportunidad de conocer otros sectores dentro del IAC, la labor de ingenieros y personal encargado de la divulgación.
Sin lugar a dudas, al acabar esta maravillosa visita, dos pensamientos no paraban de resonar en mi cabeza. En primer lugar, la certeza de que mi mayor deseo para el futuro es poder acercarme al mundo de la astrofísica, y en segundo lugar, cómo es posible que la labor tan importante de los científicos apenas sea reconocida.
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