“Ignoro lo que pueda venir, pero lo que venga lo recibiré riendo”

—¿Sabes lo que fueron los juicios de Núremberg? —me preguntó mi mentor, Xavier Lee, al comenzar la jornada en una clase con cabinas de interpretación simultánea de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Con esta cuestión, me explicó el origen de la interpretación simultánea. Tras la Segunda Guerra Mundial, las naciones vencedoras, a través de estos juicios, procesaron y sancionaron a los responsables y dirigentes del régimen de Alemania (el de Adolf Hitler). La llamada interpretación consecutiva, donde el intérprete terminaba de escuchar al hablante y después retransmitía esa información a otro idioma, ya existía por aquel entonces; pero dada la magnitud de estos juicios, este tipo de interpretación hubiera ralentizado mucho el proceso. Por ello, se creó el primer sistema de interpretación simultánea, donde el intérprete retransmitía en directo a otro idioma lo que escuchaba.

Xavier me permitió experimentar en primera persona cómo era estar dentro de una cabina de interpretación simultánea y ver el sistema que los intérpretes utilizaban.
Tras eso, mi mentor, a través de una sumamente elaborada presentación, me mostró las distintas opciones que un traductor e intérprete podía tener en el siglo XXI (teniendo en cuenta el desarrollo tecnológico, la pandemia, las relaciones entre diversos países, entre otros). Me explicó las modalidades de la interpretación: simultánea, consecutiva, de enlace, susurrada, por traducción a la vista, etc. Asimismo, me habló acerca del trabajo de un traductor e intérprete jurado, o el de un intérprete judicial, extrapolándolo, en repetidas ocasiones, a sus propias experiencias.

No obstante, muchas veces, Xavier no solo me hizo partícipe de la presentación, sino la protagonista. Hablamos sobre mis perspectivas hacia el futuro, con preguntas que me hicieron reflexionar acerca de mis intereses, puntos fuertes, puntos a mejorar, objetivos y sueños; para que a partir de allí, pudiera enlazar todos esos aspectos con lo que quisiera conseguir en el futuro. Sin duda, esto aclaró muchas de mis ideas, pero me llevé como “tarea para casa” pensar sobre varios asuntos más.

Con la jornada saqué en conclusión de que aún me queda mucho por aprender y recorrer, que debo utilizar cada momento como una ocasión para ello y sacar provecho de estos años para nutrirme de cultura. Tempus fugit, carpe diem (el tiempo vuelta, aprovechemos el momento).
Ha sido un completo honor conocer a mi mentor, un profesional con un gran recorrido como traductor e intérprete y como profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; además de una persona llena de cultura, sabiduría y, sobre todo, de amabilidad.

No hay palabras para expresar el agradecimiento que siento por la oportunidad ofrecida por Canarias Masterclass para que pudiera aprender y experimentar tanto, y por el trabajo y dedicación de Xavier para brindarme una experiencia realmente enriquecedora.

Una frase célebre de Herman Melville, en Moby Dick, decía: “Ignoro lo que pueda venir, pero lo que venga lo recibiré riendo”. Y es completamente aplicable al aprendizaje que obtuve de esta experiencia que viví: aprovecharé todo lo que venga como una oportunidad, y no solo la recibiré riendo, sino aprendiendo, creciendo y avanzando.