Desde un primer momento quedé cautivado al escuchar a mi tutora en el instituto presentarnos Canarias Masterclass. Me pareció un programa super interesante y las fases de selección despertaron mi espíritu competitivo. Al principio, no pensé que fuera a llegar muy lejos, viendo que en años anteriores, se habían presentado miles de estudiantes; pero, a medida que fui avanzando en las fases, me vi cada vez con más posibilidades hasta que… ¡Al fin!, fui elegido entre los ganadores de la séptima edición. La verdad que fue muy gratificante recibir esta noticia y me sentí muy afortunado. Además, al conocer a Alexandra, mi mentora, quedé impactado al comprobar que ejercía haciendo exactamente aquello a lo que yo quería dedicarme en un futuro.

Voy a ser completamente honesto, cuando mi consejera, Alexandra García Sosa (Intérprete de conferencias, traductora y docente) me hizo saber que mi jornada de mentorización sería desde el despacho de su casa, me asusté un poco y temí que mi experiencia ese día no sería tan interesante como la de otros compañeros. Pero no podía
estar más confundido, para darles un adelanto les diré que mis expectativas fueron superadas con creces. He podido comprobar que en este grado, el lugar de trabajo es poco significativo si amas lo que estás haciendo.
Mi mentora preparó una jornada al detalle. No hubo un segundo en el que dejáramos de hacer y aprender mil detalles. Comenzó por hacerme ver un poco la realidad de aquellas personas que estudian Traducción e Interpretación y al ser ella autónoma me mostró varías cosas que me pueden ser útiles en un futuro, como facturar, ejemplos de presupuestos, puntos a tener en cuenta al aceptar un trabajo, entre otros.

Además, me presentó a otro compañero que había estudiado esta preciosa carrera y ambos, durante el almuerzo, me comentaron su experiencia más a fondo al terminar sus estudios universitarios. Cuando terminamos de compartir ese agradable momento de la comida, Alexandra y yo nos pusimos manos a la obra y me enseñó a traducir con una
aplicación ad hoc, donde realicé las primeras páginas de un manual científico-técnico. ¡Todo había recién empezado y yo ya estaba tan contento como un niño en un parque!

Acto seguido me mostró cómo transcribir pistas de audio y con esos conocimientos Alexandra me ayudó a subtitular el principio de una película con las herramientas apropiadas. Al principio, me costó un poco, pero a medida que fue pasando el tiempo me fui habituando más y más.

Después, llegamos a una de mis partes favoritas de la jornada, la interpretación. La que más me llamaba la atención era la interpretación simultánea, ya que me parecía fascinante ver cómo una persona podía hablar al mismo tiempo que otra mientras traducía lo que estaba diciendo. Pero cuando Alexandra me mostró un ejemplo de la interpretación consecutiva… ¡Me quedé boquiabierto!. Empezó a tomar apuntes a la velocidad de la luz con garabatos aparentemente inteligibles. Lo mejor de todo es que consiguió con apenas diez palabras y cinco dibujos interpretar un texto super desarrollado.

Finalmente, para acabar la jornada, tuve el placer de asistir a unas clases online que tuvo mi mentora con sus alumnos universitarios de francés para también hacerme una idea de todo el trabajo que conlleva la parte referida a la docencia.

Si a día de hoy me preguntasen por una de las experiencias más satisfactorias que haya vivido, no dudaría en decir que la que viví el pasado quince de junio en mi jornada de mentorización, ha sido una. Además, tengo que decir que la experiencia en Canarias Masterclass no solo me ha enseñado muchísimas cosas, sino que también he tenido la
fortuna de conocer a gente increíble como Enrique Areilza (presidente de Canary Talent), Marta González de Vega (Guionista y actriz), mis maravillosos compañeros ganadores de esta edición y, por su puesto, a mi grandísima mentora, con la que me he reído, he compartido y he aprendido mucho.