Mi nombre es María Guillermo Cabrera. Vivo en Icod de los Vinos, un pueblo del norte de Tenerife y acabo de terminar mis estudios en el instituto. Este año se lanzó por primera vez un concurso para todos aquellos que cursábamos segundo de Bachillerato, Canarias Masterclass. Tras una serie de pruebas entre las que se encontraban la realización de tests de razonamiento, personalidad y orientación profesional y el envío de un vídeo en el que mostrábamos quiénes éramos y por qué merecíamos esta oportunidad, se decidieron los 50 ganadores del concurso. El premio era pasar un día en aquella profesión a la que queríamos dedicarnos en el futuro. Y así fue.

En mi caso se trató del IAC (Instituto de Astrofísica de Canarias), ya que mis intereses profesionales están orientados hacia el campo de la Física, grado que comenzaré el próximo curso en la Universidad de La Laguna. Fue una experiencia increíble que me gustaría poder relatar para que todos aquellos que duden si es la Física o no el mundo al que quieren dedicarse, tengan un poco más de idea de a lo que puede conducir.

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En primer lugar, cuando llegué al Instituto conocí al que iba a ser mi mentor durante la jornada laboral. Se trataba de Jesús Burgos. Me causó una muy buena impresión desde el principio. Él me enseñó qué era en sí el IAC, sus sedes, proyectos que se estaban llevando a cabo, diferentes telescopios con los que cuentan y las instalaciones del recinto. Más tarde, me presentó a Carlos Díaz, un doctorando que está preparando su tesis en el Instituto. Carlos me dio consejos sobre cómo afrontar el grado en Física y me explicó en qué consistía el mismo en general. Además, añadió que el Instituto es el lugar ideal para que, aquellos a los que les gusta la Astrofísica, hagan la tesis. Después tuve la oportunidad de conocer a Alfonso López, un investigador con el que mantuve una conversación acerca de galaxias. Además, me llevó a conocer un instrumento que él mismo estaba diseñando para un telescopio.

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Una hora más tarde, conocí a Roger Hoyland, un ingeniero del departamento de electrónica. Aprendí muchísimo con Roger. Me informó sobre algunos de los proyectos que estaba llevando a cabo, pero lo más impresionante de todo fue poder entrar al taller donde diseñan instrumentos para los telescopios. Incluso estuvimos haciendo pruebas con algunos de ellos. Fue, sin duda, uno de los momentos más increíbles del día.

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Antes del almuerzo, pasé una hora con Carlos Martín, responsable de los sistemas informáticos comunes. Me enseñó cómo estaban distribuidos los miembros del servicio informático, pero además me llevó a la sala donde se encuentran todas las conexiones de los sistemas con los que cuenta el Instituto. Carlos me explicó de forma clara el propósito de cada uno de los elementos. Tras esto, Jesús y yo almorzamos en la cafetería del Instituto y luego me llevó al despacho de Sergio Simón, postdoc del IAC, que me contó su experiencia al realizar la tesis y además me dio algunos consejos. Y, finalmente, conocí a Joan Font, astrónomo de soporte de los observatorios de Canarias. Me explicó en qué consistía el trabajo de un “astrónomo de soporte” y me llevó al taller de óptica. Tras esto, me reuní de nuevo con Jesús y comentamos cómo había transcurrido la jornada, hablamos sobre el futuro y me contó algunas de las experiencias que vivió cuando estudiaba Física.

En resumen, pasar un día en el IAC fue algo realmente increíble que me permitió conocer a fondo el trabajo de un astrofísico. Fue un día que nunca olvidaré gracias al entusiasmo de todas las personas con las que estuve, a las que me gustaría darles las gracias por acogerme, dedicarme su tiempo y ser tan amables. Además, me gustaría darles las gracias a los responsables de Canarias Masterclass, que son los que me han permitido vivir esta experiencia. Nunca pensé que fuera a poder pasar “un día en el futuro”, pero gracias a ustedes pude comprobar que es la Física a lo que me quiero dedicar con toda seguridad. Para terminar, animo a todos aquellos estudiantes que el próximo año quieran participar, porque a pesar de que 2º Bachiller es un curso difícil, vale la pena el esfuerzo para conseguir ganarse una plaza dentro de este concurso. Muchas gracias a todos.