Mi nombre es Ariana Fuentes Rosquete, vivo en un pueblo en el norte de Tenerife, concretamente en Icod de los Vinos. Tuve la gran suerte de ser una de las seleccionadas dentro de los cincuenta ganadores de la segunda edición de Canarias Masterclass. Una de las grandes ventajas que nos proporcionaba el concurso era el hecho de poder pasar un día en tu trabajo del futuro y poder darte cuenta si realmente te gustaba la carrera por la que te habías decantado. Y así fue.
Mi experencia comenzó desde muy temprano. Mi mentor, Juan Carlos Castañeda, me citó en la avenida de Anaga a las cinco menos cinco de la madrugada del día 23 de mayo de 2017. Francamente estaba muy nerviosa porque no sabía lo que podía encontrarme allí y además no había tenido el placer de conocer personalmente a Juan Carlos ya que no había podido acudir a la conferencia que organizó Canarias Masterclass unos días antes. Él me ofreció la oportunidad de ir a la práctica algo más tarde, pero prefería que viviera todo de cero y que me enfrentara a la realidad que él vive día tras día. Sinceramente no me lo pensé dos veces cuando se me ofreció la posibilidad de ir desde muy temprano a la Cadena Ser y a las cinco menos cinco de la mañana me presenté en Santa Cruz para conocer a mi mentor. Juan Carlos ya estaba esperándome en el lugar que habíamos acordado y en un primer momento sentí ese cosquilleo que se produce por el entusiasmo de poder conocer, observar y aprender de grandes profesionales que se dedican al ámbito que me apasiona. Mi mentor se acercó rápidamente cuando bajé del coche y me dio la sensación de que ya lo conocía como de toda la vida. Fue muy amable conmigo y desde un primer momento mantuvimos una conversación fluida, sin sentirnos incómodos.
Llegamos al edificio donde se encuentra el estudio de la Cadena Ser y empezó a preguntarme acerca del ámbito que más me gustaba dentro del periodismo, me comentó varias curiosidades sobre su trabajo y me enseñó la primera planta donde se concentra todo lo que es la gestión y dirección de la cadena, el marketing, etc. La verdad es que esta planta se encontraba vacía ya que aún era muy temprano y nadie había entrado a trabajar. Seguidamente subimos a la segunda planta que era el lugar donde yo iba a pasar todo el día de prácticas. Fue curioso porque la única persona que se encontraba allí era la señora de la limpieza, muy amable he de decir, a la que acompañé a buscar unos cafés para mi mentor y para mi. Desde que llegué con el café, Juan Carlos me asignó un ordenador y me mandó a buscar cinco titulares llamativos que expondría más tarde en su programa de radio. Me sentía muy entusiasmada y le busqué los cinco titulares que yo consideré más interesantes. Fue una especie de prueba para ver si los que él había escogido se correspondían con los míos, y no fue del todo mal la selección. Una vez asignados los cinco titulares que iba a tratar en su programa, me encomendó la tarea de imprimir las portadas de los periódicos, ya que son fundamentales para manejar una mayor información mientras transcurre el programa.
Al poco tiempo de haber llegado, aparecieron dos hombres que son compañeros de mi mentor, Héctor Palmero y Pedro Dévora, ambos trabajan para la Cadena Ser y son unos grandes profesionales. Se pusieron manos a la obra y Juan Carlos me dio un periódico para que yo fuera apuntando las noticias que me resultaran más atractivas y que no las hubiéramos seleccionado antes. Mientras yo realizaba dicha labor, llegó Pedro Murillo, otro de los hombres que trabajan para la cadena y fue muy amable conmigo. Él se encarga de redactar los guiones del programa y me coloqué a su lado para ir adquiriendo un mayor conocimiento de mi futuro trabajo, los programas que se utilizan, cómo funcionan… Y poco a poco todo me fue resultando mucho más sencillo. Le ayudé a redactar el guión, le proporcioné ideas para abordar las noticias, pero sobre todo absorbí como si fuera una esponja todo lo que él me iba explicando. Una vez terminado el guión, me acerqué a la habitación donde se encontraba Pedro Dévora y me mostró todo el control de la radio, los diferentes aparatos electrónicos que lo forman, cómo funcionan y lo importante que es el hecho de no despistarse mientras el programa está en marcha porque de él depende que todo evolucione favorablemente. Afortunadamente él lo hace de maravilla y no hubo ningún problema.
A las 7:00 comenzó el programa de mi mentor y yo estuve sentada en el control de la radio mientras se iba desarrollando. Me mantuve muy atenta a todo, intentado retener lo máximo posible de una persona con experiencia en la profesión. Se podría decir que le hice un análisis de cómo se expresaba, se movía y actuaba para yo mejorar todo lo posible gracias a él. Durante dos horas estuvo realizando su programa y vi pasar a varios invitados que se acercaron hasta la cadena para tratar diversos temas. Además, empezaron a llegar más trabajadores y fui conociendo a mucha más gente. Francamente no sabría decir una cantidad exacta porque por allí pasan muchas personas cada día, pero si tengo que decir que todos fueron muy amables y cariñosos conmigo. Como era la novedad, todos se acercaban a mí. Allí son como una pequeña familia, se gastan bromas, se ayudan y se estresan mutuamente, pero me sentí muy cómoda por el ambiente de compañerismo que se respira, además de que me trataban como a una más. Mi mentor a cada rato se acercaba al lugar donde yo estaba para preguntarme si me estaba gustando y también para explicarme ciertas diferencias entre la radio y otros medios de comunicación.
En un descanso que hubo me ofrecieron pasar a la sala desde donde se realizan los programas y me sacaron fotos allí sentada, me sentí como si fuera una más de ellos.
Se volvió a retomar el programa y volví de nuevo al control donde se encontraba Pedro. La verdad es que aprendí muchas cosas con este hombre ya que estábamos continuamente hablando y se interesó por mis gustos, calificaciones en los estudios, planes de futuro como periodista, etc. Además siempre estaba pendiente de que me sintiera cómoda, que me estuviera divirtiendo y que la experiencia fuera muy positiva para mí.
Durante toda la mañana no paró de llegar gente, todos muy sociables, pero me dejó huella la figura de un hombre llamado Álvaro que colabora en el programa de Juan Carlos Castañeda todos los martes. Desde que llegó se acercó a mí, me saludó muy amablemente y supe que nos entenderíamos. Es un hombre que ha viajado mucho y tiene una gran devoción por el mundo de la moda (eso explica que nos entendamos tan bien) pero además posee un gran sentido del humor y es imposible no pasártelo bien a su lado. Sobre las 11 de la mañana entré a la sala dónde se grababa el programa y pude vivir en directo lo que Juan Carlos y un compañero de trabajo retransmitían, sin duda fue alucinante. Regresé a la sala de control y Pedro me ofreció la posibilidad de que yo realizara las llamadas a las personas que iban a entrar en directo a la radio. No me lo pensé dos veces y me puse a llamar a los números que estaban apuntados en el guión como si fuera una más de la empresa, repetía las palabras que le había escuchado decir previamente y según él, lo hice muy bien. Este acto fue muy importante para mí porque sentí que depositaban su confianza y su seguridad en que yo hiciera las cosas bien. A lo largo de toda la mañana me preguntaban si quería tomar algo, si me lo estaba pasando bien y estaba aprendiendo cosas, me daban muchos consejos sobre el periodismo e incluso me alagaban en algunas ocasiones. Más tarde pude estar presente en el programa que lleva a cabo Puchi Méndez, otra mujer experta en esta profesión y que me hizo sentir como en casa por su salero, gracia y amabilidad desde que tuve el placer de conocerla. Ella hace el programa “Tajaraste” en la Cadena Ser y sin ninguna duda sabe hacerlo muy bien. Estuve atenta a todo su programa desde la sala de control y siempre interactuaba conmigo y me gastaba bromas o me daba consejos.
Pasado un rato ya mi mentor había acabado de redactar una crónica para el día siguiente (ya que allí se trabaja también pensando en el próximo día) y se acercó a mí y me comentó que él ya había terminado y que podía irme cuando quisiera ya que llevaba desde muy temprano allí, me dio varios consejos más y se despidió. Sobre las 13:20 salí de la Cadena Ser y allí me estaban esperando mis padres para llevarme de nuevo a casa.
Es difícil describir todo lo que pude sentir ese día pero sin duda quedará marcado en mi vida para siempre. Fue la primera vez que pude “trabajar” con un grupo de periodistas que me enseñaron tanto la parte buena como la mala de la profesión y es algo que valoro mucho porque realmente me dí cuenta que a pesar de lo malo me gustaba lo que estaba haciendo, no me importaba haberme levantado de madrugada para ir a la práctica, me sentía muy bien rodeada de un gran equipo y además me supe adaptar a la situación a pesar de llegar nueva a un lugar donde ya todos se conocían. Sin duda es una experiencia que recomiendo a todo el mundo antes de decantarse por una profesión porque ayuda muchísimo a darte cuenta de si realmente has escogido bien y no puedo estar más agradecida con Canarias Masterclass por habérmela dado a mí de entre todas las personas que quisieron tenerla. Además tengo que agradecer enormemente a mi mentor, Juan Carlos Castañeda y a Pedro Dévora, su dedicación y empeño para que yo me sintiera cómoda y aprendiera tantísimas cosas en un solo día sobre mi futura profesión. Mil gracias a todo el equipo de Cadena Ser y solo espero que esta sea la primera de muchas veces que pise su programa. Ha sido una experiencia maravillosa.
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