A veces, la vida te regala la oportunidad de vivir una experiencia única. En mi caso, esa oportunidad llegó gracias a Canarias Masterclass, y con ella aprendí que si realmente te propones algo, no importa cuántos obstáculos aparezcan en el camino, todo es posible con esfuerzo, dedicación y motivación.
Cuando recibí aquel mensaje felicitándome por haber sido uno de los 50 ganadores, comprendí que nada es imposible y que muchas veces somos nosotros mismos quienes nos ponemos límites.
El día del evento conocí a mi mentora, Susana, con quien sentí una conexión muy especial desde el primer momento. Su manera de explicar en qué consistía su trabajo y los objetivos futuros de la empresa me hizo abrir los ojos y ver el mundo empresarial desde una nueva perspectiva.
Cuando llegó el día de la mentoría, sentí una mezcla de nervios, curiosidad y motivación. Al entrar en la sede de DISA, comprendí que estaba en un entorno completamente diferente. Los empleados entraban con una sonrisa, riendo con sus compañeros, y el ambiente que se respiraba era muy positivo. Subí a la segunda planta con Susana, y al ver aquellas secciones llenas de profesionales trabajando con energía, me sentí como si estuviera dentro de una película americana.
Tuve la suerte de conocer a profesionales de distintas áreas funcionales. Cada uno de ellos me habló con entusiasmo sobre su especialidad, e incluso participé en videollamadas con empleados que trabajan desde Madrid, como una profesional especializada en tesorería.
Me encantó poder entender los conceptos que usaban a diario. Eran términos que uno cree haber olvidado tras un examen, pero que, en ese entorno real, cobran todo el sentido. Por ejemplo: PYME, cuentas de balance, pérdidas y ganancias o incluso el trading. Sin duda, no es lo mismo leer sobre ello en un libro que tener a alguien como Susana, quien ocupa un cargo relevante en DISA, explicándotelo con datos reales y ejemplos prácticos.
El día pasó muy deprisa, en tan solo unas horas aprendí mucho más de lo que imaginaba. Salí de aquel lugar con una mentalidad completamente renovada. Y mientras caminaba alejándome de la central de DISA, eché un último vistazo hacia atrás y sonreí, porque supe que ese día no fue uno más.
De este día me llevo recuerdos increíbles de una jornada laboral inolvidable con el equipo de DISA.
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