“Los problemas de ingeniería están indefinidamente definidos, existen muchas soluciones, buenas, malas e indiferentes. El arte consiste en llegar a una buena solución.” Esta cita de Richard James siempre ha estado presente en mi vida, y se vio claramente reflejada en mi visita a Binter el pasado 12 de junio. Desde siempre, me ha interesado el mundo de la aviación y del espacio, y jamás hubiera pensado que podría vivir un día completo en primera línea. Gracias a Canarias Masterclass, este deseo se pudo cumplir y hoy me siento aún más motivada a seguir adelante con esta carrera.

Al llegar a las oficinas de Binter con mi mentor, Eduardo, me explicó cómo funciona una aerolínea, las distintas operadoras y los modelos de aviones que utilizan: los ATR 72 y los Embraer E195-E2. La primera parte del día la dedicamos a recorrer el entorno técnico: hangares, oficinas de mantenimiento y almacenes. Me enseñó cómo se gestiona el mantenimiento de la flota, qué procesos se activan ante incidencias y cómo se planifican las inspecciones. Pude ver los aviones de cerca, desde el cockpit y los motores hasta los compartimentos de aviónica, aprendiendo a distinguir modelos y a comprender el lenguaje técnico. También descubrí las funciones de muchos componentes clave. Cada rincón estaba lleno de herramientas, diagramas y profesionales concentrados, pero cercanos y dispuestos a enseñar. Me di cuenta de que lo que para muchos es simplemente “un avión”, para quienes trabajan en el sector es un sistema complejo que debe funcionar con absoluta precisión, y por eso se revisa cada pieza con procedimientos rigurosos.

Por la tarde, Eduardo me contó las funciones de los distintos departamentos, como la navegación o la planificación del mantenimiento, y cómo se minimizan los tiempos en tierra sin comprometer la seguridad. También hablamos sobre las rutas de los fabricantes hasta las aerolíneas y de la posición estratégica de Canarias. Asimismo, me explicó el proceso que se lleva a cabo desde la detección de una anomalía hasta el reemplazo de una pieza, con todo el procedimiento documental y técnico que ello implica. Salí de Binter con una nueva mirada sobre la ingeniería aeroespacial. Ver a tantos profesionales trabajando con responsabilidad me hizo entender que volar no es solo una cuestión de física y matemáticas, sino de organización humana. Este día no solo fue educativo, sino profundamente inspirador. No todos los días una tiene la oportunidad de estar tan cerca del corazón de una aerolínea. Por eso, agradezco enormemente a Canarias Masterclass, a Eduardo, por su ayuda y guía durante toda la experiencia, y a todo el personal que conocí ese día, por hacer posible que pueda mirar al cielo y no solo soñar con volar, sino entender cómo hacerlo realidad.