Una día de estudio, nervios, esperanza, ilusión… Una mezcla de todo fue lo que sentí el día que se publicaban los nombres de los 50 ganadores de la segunda edición de Canarias Masterclass.

Como ocurrió con las fases anteriores, imaginé que recibiría un correo transmitiendo esa decisión, pero no fue así. Esa tarde, quise tomarme un descanso de cinco minutos para seguir estudiando con más fuerzas, me metí en mis redes sociales y entre ellas, en Instagram, en la que vi una publicación reciente de Canarias Masterclass poniendo el enlace de la página web en la que estaba publicada la lista con los nombres de los 50 ganadores. Para mi sorpresa, yo era una de ellas, no podía creérmelo. Ser elegida entre tantas personas me ha ayudado a confiar más en mí, a preguntarme por qué me han elegido.

Desde el minuto uno que mi mentora, Eva Llorca, empezó a hablarme sobre el apasionante mundo de la arquitectura, supe que, sin duda alguna no podría haberme acompañado alguien mejor en esta gran experiencia. Desde el primer momento me habló de toda la ilusión que conlleva este trabajo, por lo que la gran ilusión que ya tenía por empezar a estudiar era, si cabía, aún mayor a través de su experiencia y de lo que me iba contando. De cómo este trabajo influye tanto en tu vida personal, de cómo te ayuda como persona por tener que estar creando y cambiando constantemente, de cómo conoces a tantísimas personas y les ayudas a crear su sueño. Y por supuesto, de poder crear algo, y de verlo crecer, motivo por el que quiero ser arquitecta. Pero, sin duda, el día de la presentación me quedé con ganas de más.

Eva y yo habíamos quedado en pasar todo un jueves juntas. Pero, para mi sorpresa, el lunes anterior recibí una llamada suya diciéndome que si prefería ir a su estudio y al día siguiente al ayuntamiento y a una obra. Así tendría una noción amplia de en qué consiste el trabajo de un arquitecto. Claramente acepté, me hizo mucha ilusión el tener que hacer cosas diferentes. Y es que en arquitectura, cada día es distinto.

Esa misma tarde fui al estudio donde estaría presente en una reunión que ella tenía con ingenieros, algo muy habitual en el trabajo. Pero, para mi suerte, antes de eso, pude conocer a otro arquitecto y dos chicos en prácticas que recientemente habían acabado arquitectura. Además de escucharles sobre la visión que tienen de la arquitectura, me explicaron un proyecto en el que estaban trabajando. De hecho, los vi en plena acción, pude ver de primera mano a dos arquitectos creando, trabajando en un proyecto. En la reunión me sentí algo perdida, sin saber a qué se referían con todos los términos que nombraban, sin embargo, fue una primera toma de contacto muy buena. ¡Ya me iré acostumbrando a eso!

Al día siguiente, quedé con Eva en el ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para acompañarla a una consulta técnica, algo muy habitual. Supongo que la primera vez que me toque hacer esto no estaré tan perdida como cualquier otro, me ayudará. Posteriormente, tomamos algo, y fue donde Eva volvió a hablarme sobre lo que significa la arquitectura y me dio consejos que tendré siempre muy presentes. Por último, visitamos una obra. No sabría como explicarlo, estar en el epicentro de algo nuevo, algo que se está creando. La sensación de estar allí y pensar que un proyecto en el que has participado se está levantando poco a poco tiene que ser brutal. Además, allí conocí a otro arquitecto que me animó muchísimo en conseguir mi sueño.

Quiero agradecer a Canarias Masterclass esta increíble oportunidad que me han regalado. También a mi mentora, Eva Llorca, siempre tan atenta, introduciéndome en este gran mundo, con sus consejos, visión y humildad.  Gracias, además, a aquellos con los que me he cruzado para darme ánimos en la decisión de estudiar arquitectura, mi sueño.